El azafrán salvaje (Crocus ancyrensis) es la especie más antigua de este género. Su coloración intensa se puede ver desde lejos. Se ve muy bien en grupos más grandes, evocando admiración instantánea. Esta flor extraordinaria trae mucha alegría a las personas, tan pronto como aparece al comienzo de la primavera en nuestros jardines. Se adapta bien a jardines de rocas, bordes, contenedores y ropa de cama de alfombras con flores.
Este azafrán presentado es una planta perenne bulbosa de bajo crecimiento. Crece entre 15 y 20 cm de altura. Dependiendo de las condiciones de crecimiento, las primeras floraciones pueden aparecer a fines de febrero, pero se espera que florezca en marzo. Las flores se ven como cuencos más amplios con un penacho de resistencia en el medio. Una sola bulbo de flor brota hasta siete flores que se asientan sobre tubos de perianto relativamente largos. Los pétalos adquieren un color intenso y fuerte. Prácticamente parece oro derramado sobre el jardín todavía gris y aburrido. Las hojas de azafrán no poseen ningún valor ornamental especial, pero su presencia subraya la belleza de las flores. Su forma de hierba y su vívido color verde añaden ligereza y carácter fresco a las flores.
La siembra de azafranes debe planificarse para el otoño, unas pocas semanas antes de las primeras heladas. Elija un sitio soleado o parcialmente sombreado. Proporcione un suelo permeable que se caliente rápidamente con una reacción ligeramente ácida. La humedad adecuada también es de suma importancia.
Crocus ancyrensis, a veces denominada Ankara crocus, es una variedad que produce numerosas flores que florecen durante mucho tiempo.
El paquete contiene 10 bulbos de azafrán "Ancyrensis". La información básica sobre plantas y crecimiento está impresa en la etiqueta del paquete.
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